En un tiempo de escalada militar y vasallaje que impone la economía de guerra so pretexto de la amenaza rusa, encontrar traducido al castellano la ultima obra de Werner Rügemer brinda herramientas imprescindibles para documentar las formas de hegemonía del muro de Wall Street. Autor de “Las agencias de calificación. Una introducción al actual poder del Capital” (Virus Editorial), la obra del publicista alemán es una referencia de consulta obligada para conocer el auge y decadencia moral del imperialismo estadounidense. El volumen está organizado en ocho capítulos. Una primera parte que reconstruye la genealogía constituyente de Estados Unidos como nación y potencia esclavista colonial. Un segundo bloque que describe pormenorizadamente la geopolítica del imperialismo en la expansión del complejo industrial-militar del Pentágono, una parte dedicada a la I y II Guerra Mundial y, finalmente, el proceso histórico de la Guerra Fría que explica conflictos actuales como el de Ucrania.
Un aporte original del autor es la génesis o matriz del imperialismo estadounidense. El tecnofeudalismo que hoy gobierna nuestras vidas es incomprensible sin el fundamento constitucional. La comprensión de Estados Unidos como un Estado esclavista colonial modernizado es esencial para entender los resortes del modelo de libertad exportada por los padres fundadores. La plutocracia y la oligarquía esclavista dominantes en el origen del país desde la guerra de la independencia perfilaron un orden orgánico que instauró la dictadura del capital con sus dinastías y gentilhombres como los barones Rockefeller o Vanderbilt (robber barons). Una suerte, en fin, de aristocracia del capital que, con firmeza y sin cesar, ha regido los destinos y el gobierno de la nación. Las conexiones de Wall Street, las corporaciones, la CIA y el Departamento de Estado, articulados por el complejo industrial-militar del Pentágono, explican las sucesivas caídas y retrocesos de los procesos democráticos en América Latina y Asia. A través de diversas formas de influencia política, el liberalismo corporativo ha terminado produciendo una invasión comercial, y también cultural e ideológica de Europa, sea por los grupos de presión más que presentes en la Comisión o la poderosa industria cultural americana y, obviamente, por colaboracionistas como Jean Monnet, idolatrado entre los europeístas de fe cuando su función histórica fue la que fue: asegurar las ganancias de las compañías estadounidenses y debilitar a los opositores, aunque estos fueran De Gaulle y la resistencia contra el nazismo.
Conviene pues leer este excelente ensayo, si no queremos terminar siendo, en breve, un pobre protectorado antidemocrático de un imperio criminal y en decadencia.